En la era digital, la ética es la única forma para que el periodismo se diferencie de la comunicación digital en general, e inclusive ésta podría verse como la única razón de ser del periodismo como profesión en un momento en el que cualquiera puede ser ciberinformante. En este sentido, un ciberperiodista que se rija por la ética, tendrá el compromiso de seleccionar responsablemente los flujos informativos -cada vez más densos y abundantes en la red de redes- y asegurar su veracidad; también deberá asesorar en la interpretación de los conocimientos que circulan por la red; y desarrollar una nueva cultura del texto basada en nuevas formas de periodismo literario adaptado a las prestaciones de los nuevos medios de comunicación.
Por ética web no solo se entiende informar de manera veraz, sino también evitar las tentaciones intervencionistas de los poderes públicos, económicos y corporativos (en este caso, los de la claseperiodística) que tratan de limitar la libertad de expresión y de difusión. Además, deben desarrollarse actitudes positivas de respeto y de fomento a las iniciativas comunicativas de los individuos y de las minorías.
Pero el compromiso ético no solo le corresponde a los ciberinformantes. Como explica Jaime Alonso Ruiz, las nuevas maneras de producir y distribuir los contenidos le otorgan al usuario un rol más activo pues las rutinas de producción y distribución no se fundamentan en un código punto-masa (como antes), sino punto-punto. En este sentido, su compromiso ético (la ética de la recepción digital) implica obtener el máximo provecho cultural e informativo, individual.
¿Deberían los bloggeros seguir un código de ética profesional?
Por ética web no solo se entiende informar de manera veraz, sino también evitar las tentaciones intervencionistas de los poderes públicos, económicos y corporativos (en este caso, los de la claseperiodística) que tratan de limitar la libertad de expresión y de difusión. Además, deben desarrollarse actitudes positivas de respeto y de fomento a las iniciativas comunicativas de los individuos y de las minorías.
Pero el compromiso ético no solo le corresponde a los ciberinformantes. Como explica Jaime Alonso Ruiz, las nuevas maneras de producir y distribuir los contenidos le otorgan al usuario un rol más activo pues las rutinas de producción y distribución no se fundamentan en un código punto-masa (como antes), sino punto-punto. En este sentido, su compromiso ético (la ética de la recepción digital) implica obtener el máximo provecho cultural e informativo, individual.
¿Deberían los bloggeros seguir un código de ética profesional?
