Con el objetivo de saltarse las listas de espera, occidentales adinerados están viajando a Paquistán, China, Perú y Egipto -principalmente- para comprar un órgano no vital que alguna persona pobre está dispuesta a vender.
El desequilibrio actual entre la creciente necesidad de órganos y la escasa cantidad de donantes disponibles está ocasionando que el 10% de los trasplantes que se realizan en el mundo sucedan como parte del turismo de órganos. Este fenómeno consiste en que occidentales adinerados que no quieren seguir en listas de espera viajan a países como India, Paquistán, China, Perú y Egipto para comprar un órgano no vital que alguna persona pobre está dispuesta a vender para salir de su miseria.
La transacción varía de caso en caso, pero los 'turistas' pueden pagar unos ¢62,4 millones por el órgano del donante, quien recibe cerca de ¢5,2 millones; el resto lo cobra la persona que funge de intermediario entre el primero y el segundo.
Aunque el fenómeno ya había sido denunciado desde 1994 por asociaciones como Human Rights Watch y Amnistía Internacional, recientemente la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha mostrado una renovada preocupación al respecto, criticando el vacío legal en el que se mueve el turismo de órganos. En este sentido, Estados Unidos e Inglaterra han propuesto abrir el debate sobre la legalización de la compra-venta de órganos, en un intento por establecer un "mercado ético" de órganos vivos, evitar las muertes en lista de espera y la falta de control sanitario que rodea a las operaciones clandestinas. Sin embargo, esta parece todavía una opción muy remota.
Redactado por freakspilla c con base en un reportaje de Proa
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